domingo, 22 de febrero de 2009

Fenicia

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Los fenicios, de origen semita, se establecieron en la costa de Siria, región del Asia occidental comprendida entre os montes del Líbano y el mar Mediterráneo. La región que ocuparon, llamada luego Fenicia, era una estrecha franja litoral de 200 km de largo por decenas de anchoCivilización fenicia Siquem, primera capital del Reino de Israel. Con su alfabeto fenicio de 22 consonantes.

Es una costa abierta que permite la navegación y en a que soplan vientos en dirección a la isla de Creta y Egipto. Gracias a estas condiciones, los fenicios se convirtieron en uno de los primeros navegantes de la historia, y también dieron origen a una de las primeras civilizaciones marítimas. Así como el Nilo fue un estímulo para el desarrollo de a cultura egipcia y el Tigris-Eufrates para a Mesopotamia, el mar Mediterráneo fue un elemento primordial para el desarrollo de la cultura fenicia.
Evolución histórica Fenicia nunca formó un estado unificado sino que estuvo integrada por ciudades-estados independientes entre sí y en ocasiones enfrentadas. En caso de un enemigo común solían unirse en una confederación. En determinadas épocas, algunas de las ciudades lograban tener la hegemonía, sin que desaparecieran las demás. Los fenicios también sufrieron varias dominaciones extranjeras: los asirios, los neo-babilónicos y los persas. Sin embargo, esto no resultó un freno para sus actividades. Tres ciudades lograron en distintas épocas la supremacía sobre las demás: Biblos, Sidón y Tiro.

Barco Fenicio
Biblos, Sidón y Tiro Hacia el 2000 a.C., la ciudad de Biblos alcanzó un importante desarrollo gracias a su comercio con Egipto. Los fenicios lo proveían principalmente de madera que poseían en gran cantidad en sus bosques, era famoso su cedro del Líbano. A su vez, importaban el papiro egipcio. Posteriormente, Biblos entabló relaciones comerciales con las islas de Chipre y de Creta. Cerca del 1600 a.C. la ciudad de Sidón alcanzó la supremacía con un puerto más seguro que el de Biblos. Alrededor del 1200 a.C., Tiro heredó su poderío. Sus navegantes se aventuraron por el Mediterráneo recorriendo el Sur de Italia, y el Norte africano; fueron además los primeros que establecieron relaciones comerciales con España. Navegaron también por las costas atlánticas y. según testimonios egipcios, realizaron la hazaña de dar vuelta al Africa. Fue el período fenicio de mayor esplendor, que duró hasta el 900 a.C., aproximadamente.
Colonias y factorías Los fenicios fueron uno de los primeros pueblos de la antigüedad que fundaron colonias y factorías. Las colonias eran territorios conquistados o adquiridos, donde se esta Hecia una parte de la población fenicia en forma permanente Con el tiempo, algunas desarrollaron una vida propia y compitieron incluso con su ciudad fundadora. Entre as colonias más importantes se destacan Gades (Cadiz) en el Sur de España, y Cartago en el Norte de Africa que siglos después disputara el dominio del Mediterráneo con os romanos. Las factorías en cambio eran puertos de escala o lugares de depositas de mercaderías sin una población permanente constituían sitios de refugio para recuperarse en las largas travesías y recoger provisiones.
Política y sociedad Los fenicios estuvieron divididos en múltiples ciudades-estados. Cada una de ellas era ¡independiente del resto con sus propias instituciones y sus intereses diferentes Cada ciudad fenicia un rey. Su poder no era absoluto ya que existían otras instituciones como el Consejo de Ancianos con el que deba compartir sus decisiones. Este consejo estaba compuesto por 100 miembros ricos mercaderes. Su función era asesorar al monarca en cuestiones de política y economía.
En la cúspide de la sociedad fenicia estaban los comerciantes adinerados, que ocupaban los cargos de gobierno y manejaban los resortes del poder. El resto de la población lo componían los artesanos, los cargadores y los tripulantes de las naves. También había esclavos.
El comercio y la industria Los fenicios eran hábiles navegantes y comerciantes. Desarrollaron una importante actividad mercantil convirtiéndose prácticamente en los dueños del Mediterráneo en los siglos XI a VIII a.C. Además del comercio marítimo, recibían artículos por tierra, generalmente pequeños, traídos de Arabia. Los fenicios fueron los intermediarios entre Oriente y Occidente.
Las mercaderías más importantes que comerciaban eran:
De España plata, hierro, plomo y estaño.
De Sicilia cereales y ana. De Africa marfil, oro y papiros.
De Arabia perfumes, telas e incienso.
De Fenicia maderas, tintes, misma tejidos y cerámicas.
Para sus transacciones utilizaban el trueque. Esto se debió sobre todo a que los pueblos con los que comerciaban no conocían la moneda. Según referencias del historiador griego Herodoto, los fenicios solían practicar el trueque mudo. ¿En qué consistía? Era una manera original de negociar sin tener contacto directo con los compradores. Los fenicios se acercaban a una costa, dejaban sus productos en la playa y regresaban a sus naves. Los habitantes del lugar se aproximaban para observar las mercaderías, ponían unto a ellas el valor que consideraban justo, ya sea en mercancías o en metales preciosos, y se retiraban. Los fenicios entonces se dirigían nuevamente a la playa, y si el precio les parecía adecuado, lo tomaban y dejaban la mercadería. Si el precio no los convencía, volvían a sus barcos a esperar otra oferta. Las relaciones comerciales de los fenicios fueron de tal magnitud que podría afirmarse que todo el mundo antiguo comerció con ellos. Desarrollaron además una importante industria artesanal. Pero, ¿qué entendemos por industria? La entendemos como toda labor productiva que transforma las materias convirtiéndolas en bienes determinados, aptos para su uso o consumo. La forma final de estos bienes y sus propiedades son diferentes de la original. Hablamos de industria cuando el fruto del olivo es transformado en aceite, la lana en hilo y tejido, cuando se trabajan los metales y la cerámica, cuando se construyen barcos. En la actualidad existen numerosas ramas industriales de variada índole, desde las más simples hasta las más complejas. En el panorama industrial, los fenicios realizaban diversas labores.
El armado de los barcos Elementos fundamentales para su gran poderío marítimo, los construían de dos tipos: ‘redondos” para el comercio, naves pequeñas con dos bancos de remeros; y largos’, para la guerra. Los barcos ‘largos’ tenían, en la proa, un espolón puntiagudo que servía para embestir, y tres filas de remeros, por lo que se llamaban barcos trirremes”.
El trabajo de los metales
Con oro y plata fabricaron alhajas; con el bronce, armas y utensilios de uso doméstico. También utilizaron el cobre y el estaño para distintos objetos.
El tejido y el teñido de telas
Sus tejidos eran muy apreciados en las zonas que comerciaban, sobre todo por sus colores. Teñían las telas utilizando un colorante obtenido de un caracol del Mediterráneo, el múrice.
La producción del vidrio
Fabricaron vidrio transparente y coloreado; con él realizaron objetos de variada utilización y muy apreciados en el Cercano Oriente.
El arte Los fenicios combinaron elementos de diferentes culturas. En arquitectura:
Construyeron templos y palacios, utilizaron La piedra como Los egipcios y siguieron los diseños de La Mesopotamia.
En escultura y pintura: Se advierte la influencia asiria, egipcia y cretense. Son características las figuras de dioses de piedra y cerámica. Los colores utilizados para pintar fueron sobre todo el rojo y el verde.
Los fenicios se destacaron en a talla del marfil. Realizaban con este material variados objetos valiosos, presentes en palacios reales y residencias lujosas: estatuas de dioses, adornos de tronos y de mobiliario, cetros, mangos para instrumentos o abanicos. El marfil, relacionado con el oro, se convirtió en consecuencia en un distintivo de os grupos sociales pudientes.


El arte fencio: Una esfinge
La religión: Baal y Astarté Los fenicios eran politeístas. Adoraban a los astros y sobre todo a las estrellas que los guiaban para la navegación en las noches. Reconocían como dios supremo al Sol, llamado Baal. La Luna también era divinizada, y considerada su esposa. Se llamaba Astarté y simbolizaba la fecundidad. Baal era considerado el protector del comercio. Se levantaban altares en su honor y esculpían su imagen en ¡as proas de los barcos en forma de toro o de hombre con cuernos de toro. En Cartago se le ofrecían sacrificios humanos, generalmente de recién nacidos quemados vivos. También tenían dioses de la vegetación, quienes morían en invierno y resucitaban en primavera a semejanza de ¡os ciclos naturales. Uno de ellos era Adonis, representado como un oven de gran belleza, adorado en Biblos. Posiblemente por influencia egipcia, colocaron a sus muertos en sarcófagos, cubiertos con máscaras y rodeados de objetos de uso personal, para su utilización en la otra vida’.
El alfabeto: un aporte fenicio EJ componente más novedoso de la civilización fenicia fue el alfabeto. El alfabeto, es decir, la serie de letras que forman un idioma, fue la última etapa de un proceso de evolución de la escritura. Representa una gran simplificación respecto de los complicados sistemas existentes hasta SL surgimiento. El alfabeto fenicio contaba con puntos para las vocales y 20 ó 30 signos que representaban los sonidos simples de las consonantes. Por ¡o tanto, la escritura fenicia resultaba más fácil que la jeroglífica o la cuneiforme, ambas con cientos de signos y figuras. Esto tuvo, por una parte, una consecuencia de carácter social; leer y escribir” ya no fue patrimonio de un grupo selecto y especializado, como los escribas de Egipto, sino que se hizo accesible a una mayor cantidad de personas. Por otra parte, estos mercaderes lo llevaron por todo el mundo conocido y fue adoptado por los diferentes pueblos con los que tomaban contacto. La mayor parte de los alfabetos de Asia central y de Europa, incluyendo el griego, tuvieron su origen en el fenicio y puede decirse que también es la base del abecedario actual.
Su Legado: base de las grandes civilizaciones actuales; comunicación escrita, moneda, navegación, industria del vidrio, y otros
* En la vida política, su metodología de fundación de nuevas colonias.
* En la vida económica, los modelos de comercio y navegación marítima. El teñido de telas y la fabricación de vidrio transparente.
* En la ciencia, el alfabeto y la divulgación de la escritura.
Fuente Consultada: La Humanidad de Silivia Vázquez de Fernández

Establecidos en el país de Canaán hacia el s.XXVIII a. J.C. ), se mezclaron con los autóctonos (habitantes paleolíticos y neolíticos, de los que existen vestigios en Ra's-Samra) y se establecieron en la costa del monte Carmelo hasta Ugarit. Fundaron numeroso puertos (Arados, Smyrna, Trípoli, Yubayl-Biblos, Beritos, Sidón, Tiro y 'Akka). Desde el III milenio entraron en contacto con Egipto, país al que suministraban madera (cedro, abeto) para sus barcos, aromas, aceites y resina, y por el que estuvieron muy influidos. Sobre todo Biblos y Sidón desde el s.XVIII, mantenían relaciones con los egeos, dueños del mar (cretenses y posteriormente micenios), que frecuentaban sus puertos. De este modo, cuando la invasión de los pueblos del mar (c.1200) los liberó de la tutela egipcia, pudieron reemplazar el poder egeomicénico. A partir de entonces conservaron su independencia bajo la tutela de Tiro, alcanzaron una era de gran prosperidad. Su área de influencia se extendió progresivamente; por una parte, desempeñaron el papel de agentes e intermediarios entre occidente y oriente (controlando, por tierra, los puntos a donde iban a parar las caravanas del desierto [Hama, Damasco y Thapsaco] y en donde adquirían las mercancías orientales), y, por otra, fundando, alrededor del Mediterráneo, numerosas factorías y colonias comerciales. En el s.X se instalaron en Chipre y, en las costas de Asia Menor (Panfilia y Licia), donde chocaron con los griegos, que los desbancaron de Rodas, donde habían permanecido durante algún tiempo. Buscaron entonces nuevos mercados en el Mediterráneo occidental: dejaron Tirrenia a los etruscos y a los griegos, y establecieron en Sicilia occidental, en las islas de Malta, bases propicias para el comercio con Africa (s.IX); a través de Cerdeña e Ibiza habían llegado, en la Península ibérica, al país de Cadiz s.XI), donde sus barcos recogían estaño y la plata procedentes de la península. A su regreso, llegaban a Cartago (814-813). Al compás del desarrollo de los mercados comerciales, los artesanos prosperaban en las ciudades (monopolio de las lanas teñidas con la púrpura del murex recolectado en las costas de Africa, Creta y Egeo; cerámicas y objetos de lujo), abasteciendo a los barcos con telas, bordados, cueros, púrpura, perfumes, etc.
El alfabeto:Entraron en contacto con todos los países que habían adoptado la escritura y se dieron cuenta que en todos los lugares, en todos los idiomas, se repetían una serie de sonidos que podían convertirse en signos identificables. Así redujeron los sonidos de todas las lenguas a sólo treinta signos, el alfabeto. La invención del alfabeto (textos de Ra's-Samra, s.XIV) y su adaptación a las necesidades económicas (textos de Biblos) facilitaron en todas partes las operaciones comerciales, que, por reacción, propagaron esta forma de escritura.
Tiro llevó la iniciativa en esta actividad, siempre estrictamente comercial, y adquirió así la hegemonía sobre las demás ciudades fenicias. Con el auge del poder de los asirios, que buscaban una salida al mar , se vieron amenazados por el NE. En el 520 se produce la secesión de Cartago. Una confederación fenicia bajo la hegemonía de Sidón se alió primero con los persas, que utilizaron su marina para lanzarla contra los griegos Se constituyó la Confederación de Delos (478 ó 477) y desde (449) la actividad de los mercaderes fenicios tropieza con la competencia de la marina y de los productos griegos.
Poderío naval: En el 2600 a. de C. El faraón Sakhuré compró a los fenicios cuarenta barcos construidos con cedro del Líbano. Ugarit mantenía relaciones con Creta, la potencia naval de la época, más tarde relevados por los micénicos y los aqueos. Tiro, emplazada en una isla, se libró de las invasiones y aprovechando la debilidad de las potencias, inició una aventura marítima a gran escala. Cualquier innovación técnica naval que facilitase una mayor carga de mercancías, más rapidez o protección frente al enemigo era aplicado inmediatamente a los navíos. Sus embarcaciones tenían el casco con forma ancha y redonda. Los griegos las llamaban gaulós (bañera). Alrededor del 800 a. de C. los barcos de guerra fueron dotados de espolón e inventaron el trirreme, mejora de los fenicios al añadir una fila más de remeros. La adaptación tuvo lugar en los astilleros de Cartago en el siglo IV a. de C.
Trueque de numerosos productos:Además de productos suntuosos (joyería, artesanía fina, plata), los fenicios comerciaban con cereales, vinos, aceites etc. por medio del trueque. Entre los años 680-652 Giges, rey de Lidia acuñó moneda por primera vez. Los fenicios adoptaron la moneda a partir del año 450 a. de C. fecha de la primera emisión de moneda fenicia, realizada en Sidón, que había heredado la hegemonía de Tiro. La púrpura era una mercancía exclusiva fenicia, muy apreciada en la Antigüedad, hecha con tejidos teñidos con el jugo del murex, un molusco de las costas del Líbano.
Gádir(Cadiz) (1.100 a. De C.):Se convirtió en la colonia más importante del Mediterráneo occidental, su ámbito de influencia económica alcanzaba la franja entre Orán e Ibiza y el litoral atlántico de Marruecos. En sus alrededores se podía encontrar plata, muy demandada en los imperios de Oriente, sobre todo Asiria.
Tras la conquista de Alejandro Magno (332 a. de C.) se inició su decadencia que culminaría cuando Fenicia entró a formar parte del ámbito romano.
Los barcos y la navegación:La habilidad marinera de los fenicios era ampliamente conocida entre los pueblos vecinos y suscitó siempre una gran admiración o una fuerte envidia. En realidad, el dominio de los medios de navegación y el profundo conocimiento de los mares y de los elementos atmosféricos, junto con la costumbre de los tráficos marítimos, permitieron a este pueblo llegar a ser un ejemplo en el ámbito de la cuenca mediterránea. De aquí la fama que tenían de crueles piratas o hábiles comerciantes, de astutos mercaderes o de grandes e intrépidos navegantes. Sea como fuere, los fenicios, recorrieron enormes distancias, siendo los pioneros en trazar rutas hacia el Mediterráneo occidental y, más allá hacia las costas atlánticas de África y de Europa.
Por lo que atañe a la navegación de pequeño cabotaje, ésta se efectuaba prevalentemente en las horas diurnas, en la proximidad de las costas y, por lo tanto, navegando a la vista, para unir los centros costeros separados entre sí no más de 25-30 millas náuticas. Por otra parte, la navegación de largo recorrido tenía lugar especialmente en mar abierto, durante la noche. Cuando el trayecto no permitía paradas a la navegación, la nave se orientaba por la constelación de la Osa Mayor,( Estrella Fenicia). la inconstancia de los vientos mediterráneos y su orientación tan variable, aunque a veces impusieron paradas de varios días de duración, también permitieron que el tráfico comercial se desarrollara en todas direcciones, sin necesidad de que hubiera temporadas de espera o de que se dieran giros acaso viciosos o excesivamente largos.

Expediciones marítimas:Gran resonancia tuvieron en la antigüedad los viajes de exploración con fines comerciales, efectuados por fenicios y cartagineses en búsqueda de metales preciosos o de nuevos y más remunerativos mercados. Entre éstos, merece ser recordado sin duda el que, según el historiador Heródoto, efectuaron los fenicios por encargo del faraón Necao hacia finales del siglo vn a.C. y que, habiendo durado cerca de tres años, los llevó a circunnavegar el continente africano de oriente a occidente, o bien, como narra un geógrafo griego, el viaje del cartaginés Hannón que, hacia finales del siglo V a.C., poniendo vela desde Cartago hacia el océano Atlántico, traspasó las columnas de Hércules, llegando hasta el golfo de Guinea. También vale la pena citar el viaje efectuado hacia el siglo y a.C., por el cartaginés Himilcón a lo largo de las costas atlánticas de Europa hasta alcanzar la Bretaña y, tal vez, las islas Casitérides (Gran Bretaña e Irlanda) en busca del estaño y en el intento de abrir una nueva vía comercial para este mineral, en alternativa a la vía continental que, a través de Francia, llegaba hasta el golfo de León y a Marsella. Algunos hallazgos arqueológicos atestiguan la presencia, aunque temporal, de los cartagineses en las islas Azores,
Diseño de embarcaciones:Para poder desarrollar sus actividades comerciales, los fenicios utilizaron barcos equipados adecuadamente para dichos fines, que explotaban todos los recursos puestos a disposición por la técnica de los astilleros de la época y que no estaban muy distantes de los criterios constructivos actualmente en uso. Ante todo hay que recordar los barcos de transporte, llamados gauloipor los antiguos autores, a causa de la redondez de su casco, que tenían una amplia capacidad de carga y poseían una anchura equivalente a la cuarta parte de la longitud. Los barcos de transporte fenicios tenían una longitud comprendida entre los veinte y los treinta metros y, por lo tanto, la anchura era de seis o siete metros; el calado era de un metro y medio aproximadamente, en analogía con la parte saliente del casco. Si las medidas ahora mencionadas corresponden a la mayor parte de la flota en uso, no hay que excluir los barcos mercantiles de mayores dimensiones. La popa era redondeada y culminaba con un friso de cola de pescado o en forma de viruta, así como la proa, también curvilínea, acababa en el aplustro, un friso zoomorfo representando la cabeza de un caballo. En el casco, a espaldas de la proa, estaban representados dos ojos, que, según la intención de cada caso, tenían que permitir al barco ver la ruta y tenían que causar terror a los enemigos. La propulsión de estos barcos estaba garantizada por la presencia del palo maestro que sostenía una vela rectangular, fija con una yerga que se orientaba según fuera la dirección del viento. La forma y la posición de la vela permitían al barco tan sólo unas andaduras con vientos provenientes de los cuadrantes de popa. La tripulación de estos buques raramente superaba los veinte hombres, incluyendo al capitán armador y al piloto, puesto que la navegación de vela no requería un número mayor de marineros. Pasando a considerar los barcos que componían la flota de guerra de los fenicios y de Cartago es preciso observar, ante todo, que estas embarcaciones eran más delgadas que la flotilla comercial. Pues, para poder albergar una tripulación más numerosa y para poder disponer en los bancos del mayor número posible de remeros, estos navíos tenían una anchura que correspondía casi a la séptima parte de su longitud. Mientras la popa era semejante a la de los barcos comerciales, la proa se apartaba bastante, puesto que constituía la parte más importante de la embarcación y el arma ofensiva durante las batallas. Era precisamente en la extremidad de la proa donde se colocaba el espolón, es decir, una punta de bronce de diferentes perfiles que se utilizaba para destrozar los costados de los barcos adversarios. A los lados de la proa estaban ubicados los acostumbrados ojos, encima de los cuales se hallaban los orificios por los que pasaban los cables de las anclas. En el puente, siempre hacia proa, estaba situado el castillo, una estructura de madera que durante los enfrentamientos albergaba a los arqueros o las catapultas; en popa estaba en cambio el puente, reparo y alojamiento del capitán y de los oficiales. El gobierno del barco estaba asegurado por dos timones colocados en los costados, cerca de la popa. La propulsión del barco de guerra era más compleja, puesto que en batalla eran indispensables las evoluciones y cambios bruscos de ruta para poder tocar al enemigo con el espolón y evitar los golpes asestados por la flota adversaria. Por lo tanto, en el puente se levantaban dos palos, uno colocado en el centro, que sostenía la gran vela maestra, y otro ubicado en la proa que enarbolaba una pequeña vela, la cual permitía gobernar el barco incluso con vientos transversales. Durante las batallas los barcos se desarbolaban y la propulsión de los mismos quedaba asegurada por los remeros. Estos se colocaban en el interior del casco, a lo largo de los costados del barco, y empuñaban los remos que salían por los orificios practicados en la tablazón. Junto a los barcos comerciales y de guerra, se conocen también embarcaciones menores, como los botes utilizados para recorridos de pequeño cabotaje o las barcas de pesca. La forma del casco era semejante a la de los barcos mercantiles, con una proporción análoga entre la longitud y la anchura. La popa, adornada con un friso, era redondeada, mientras que la proa era apiculada, llevando encima una viga. La propulsión dependía tanto de las velas, con un pequeño palo, como de los remos, mientras el gobierno se aseguraba mediante un timón situado a la izquierda de la popa. Siempre sobre el tema de la flota de guerra es preciso mencionar primeramente los tipos en uso entre el inicio de la historia de los fenicios y la caída de Cartago.
El barco más antiguo y más elemental era la pentecontera, cuyo nombre indica sus características más sobresalientes. La embarcación, en efecto, tenía una longitud que se calcula entre unos veinticinco metros y tenía una tripulación de cincuenta hombres en los remos, dispuestos en veinticinco por cada lado, además del capitán, el segundo, el piloto y los hombres encargados de la maniobra de las velas, que no superaban el número de diez. El ritmo del movimiento de los remos lo aseguraba un flautista. La reina del Mediterráneo, dueña indiscutible del mar, entre los siglos VII y IV a.C., fue la trirreme o triera, cuya invención los antiguos autores atribuyen a los navegantes fenicios. Esta embarcación albergaba una tripulación de unos ciento ochenta hombres, dispuestos en la siguiente forma: ochenta y cinco hombres por cada lado se aplicaban a los remos, mientras la parte restante constituía el personal consagrado al mando y a la maniobra del velamen, así como un pequeño contingente de infantería de desembarque, destinada al combate. La innovación fundamental de este barco fue el hecho de que los remeros, dada la longitud del casco, no superior a los treinta y seis metros, no estaban dispuestos en línea, sino superpuestos en tres filas desiguales, de manera que pudieran lograr un triple objetivo: no estorbar el movimiento de los remos de los marineros, no tener que levantar demasiado los costados del barco y contener su longitud. Los antiguos autores también atribuyen la sucesiva tetrera, en servicio en las flotas cartaginesas a partir del siglo IV a.C., a los astilleros de Cartago. La innovación de este barco, como la de la sucesiva pentera, clásico buque de línea durante las guerras púnicas, consistía en disponer de cuatro y, a continuación, de cinco remeros para cada remo y en un mismo banco. Tanto la tetrera como la pentera tenían una longitud de casi cuarenta metros y una anchura de poco más de seis, con una parte sumergida no superior a los dos metros. La máxima velocidad alcanzable por estos barcos -cuya tripulación era respectivamente de doscientos cuarenta y de trescientos hombres aplicados a los treinta remos por lado, además de aquellos destinados a la maniobra de las velas-, velocidad obtenida con el uso simultáneo de dos medios propulsores y únicamente para cortos trechos, era de cinco y de seis nudos. La velocidad de crucero, alcanzable con el uso de uno solo de los medios de propulsión era de casi la mitad de la máxima. La aproximación al teatro de la batalla se hacía con el exclusivo uso de la vela; en el momento de avistar al enemigo, se amainaban las velas y se quitaba el mástil y, cuando era posible, se dejaba en tierra para dejar libre el puente, a fin de que los combatientes pudieran moverse fácilmente en él.
Técnica de combate naval:El orden de batalla y el enfrentamiento se efectuaba exclusivamente a fuerza de remos, para poder maniobrar el barco con mayor facilidad. De máximo interés es el constatar, a través de las antiguas fuentes, que mientras los ejércitos cartagineses estaban compuestos prevalentemente de mercenarios, reclutados a sueldo en las diferentes regiones del Mediterráneo, las tripulaciones de los barcos, en cambio, estaban constituidas exclusivamente por ciudadanos cartagineses. La consistencia de las flotas durante el enfrentamiento con Roma, era de varias escuadras de doce barcos y podía llegar normalmente a formar flotas de ciento veinte barcos y, en casos especiales, de más de trescientos. Las tácticas de las batallas navales de escuadra eran principalmente dos: la primera, conocida con el nombre de diecplus, consistía en una salida simultánea y velocísima de toda la flota dispuesta en línea, en atravesar la línea enemiga por los espacios existentes entre los barcos, en el repentino viraje a espaldas del adversario y en el asestar un golpe definitivo, con el espolón, en la popa de los barcos enemigos. La segunda táctica, definida periplus, consistía en colocarse al lado del barco enemigo y asestarle un golpe con el espolón contra el costado. Cuando un barco enemigo no quedaba irremediablemente afectado era arrastrado hasta tierra firme para efectuar su reparación y poder utilizarlo de nuevo.
En efecto, ha sido posible observar que los barcos estaban construidos en su totalidad, con piezas de madera prefabricadas separadamente y montadas sólo en un segundo tiempo. Esto se deduce en base a la presencia en los bordes de cada pieza de unas letras del alfabeto púnico y de líneas de guía que debían servir de referencia a los carpinteros. Este descubrimiento contribuye también a aclarar el famoso episodio descrito por Plinio (Nat. Hist., XVI, 92) en que se cuenta cómo la primera flota romana fue construida tan sólo en sesenta días. En realidad, el historiador Polibio cuenta lo siguiente: "En esta ocasión, los cartagineses habían asaltado (a los romanos) en el estrecho (de Mesina) y un barco cubierto, habiendo avanzado demasiado en su afán de combatir, se había embarrancado y había caído en manos de los romanos; de este barco se sirvieron para construir toda la flota". Es bastante evidente que, si para la construcción del barco de guerra cartaginés se habían utilizado los sistemas descritos arriba, el subsiguiente desmontaje había revelado su procedimiento y había permitido a los carpinteros romanos preparar la flota en muy breve tiempo. Por otra parte, siendo innegable la supremacía de las flotas cartaginesas en este período, es lógico que se tomaran como prototipos los barcos que, en aquel tiempo, constituían la suma de las técnicas navales, de la funcionalidad y de la manejabilidad, en toda la cuenca occidental del Mediterráneo. En conclusión, la estructura de los antiguos barcos fenicios y púnicos y los elementos que componían su casco, era bastante parecida a las actuales barcas de pesca de los países ribereños del Mediterráneo. Se trata de un complejo de tablas colocadas a cuchillo o parcialmente superpuestas -la tablazón- que va sujeto interiormente por un esqueleto de vigas -las ordenadas- ortogonales a la quilla. Además subsisten trazas de un recubrimiento externo que protegía la tablazón, formado por planchas de plomo embreado interiormente con pez y fijadas al casco con clavos de cobre. [De www.navefenicia.com/El_Libano/Historia/body_historia.html"] http://mgar.net/var/fenicia.htm

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